Actualmente, vivimos en un mundo donde una compañía sustentable belga puede imprimir una casa de dos pisos completa con una impresora 3D. Donde un equipo de científicos de la Universidad de Texas ha codificado El Mago de Oz en un ADN bicatenario. Y donde el primer robot humanoide ha formado parte del reparto de una película de Hollywood.
Vivimos en un mundo en transición. Estamos atravesando la cuarta revolución industrial (4RI) mientras alcanzamos una quinta revolución, al mismo tiempo que se ocupan todas las fases de progreso e innovación en el medio.
En la era industrial, la historia ha definido a los avances como revoluciones, comenzando por la primera gracias a la producción mecánica y al vapor. La electricidad y la producción masiva marcarían el inicio de la segunda revolución, mientras que la tercera hizo surgir a la electrónica, TI y la producción automatizada.
En la 4RI actual, los rápidos avances en inteligencia artificial y aprendizaje automático, impresión 3D, edición genómica y nanotecnología están influenciando las formas en las que fabricamos, distribuimos e innovamos en las ventas minoristas. Klaus Schwab, presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, expresa que estamos aplicando e iterando simultáneamente, dando lugar a innovaciones a veces más rápido de lo que podemos aplicarlas. “Lo que hace que esta revolución sea particularmente diferente de las revoluciones anteriores es la fusión de estas tecnologías y su interacción en el mundo físico, digital y biológico” escribe Schwab en su libro, La cuarta revolución industrial.
Se espera que las innovaciones producto de la 4RI generen un valor de más de $3.7 billones para el 2025, de acuerdo a una investigación en curso por el Foro Económico Mundial y McKinsey. Sin embargo, algunas empresas e industrias son más lentas que otras para adoptar las tecnologías. En el sector manufacturero, el estudio ha demostrado que menos de un tercio de los fabricantes están “desplegando las tecnologías de la cuarta revolución industrial activamente y a gran escala”. Los investigadores señalan al purgatorio de pilotos (pilot purgatory), una situación en la que la tecnología permanece en una fase de prueba permanente y su crecimiento se ve estancado por la incapacidad de una compañía para avanzar hacia la fase de escalamiento. Es algo que también están experimentando los distribuidores y los minoristas.
Pero en estas industrias, los pioneros en la implementación están adoptando las tecnologías de la 4RI con la vista puesta en la 5RI, lo que está produciendo un impacto revolucionario en los negocios y la sociedad.
La automatización produce la autonomía
La automatización se clasifica en tres categorías:
- La automatización robótica de procesos (RPA) básica utiliza tecnología que puede, por ejemplo, automatizar procesos repetitivos como cortar y pegar información de un sistema a otro.
- La automatización robótica mejorada de procesos utiliza tecnología como el procesamiento de lenguajes naturales, el cual es capaz de interpretar textos e información en correos electrónicos y contenido de redes sociales.
- La automatización cognitiva o inteligente utiliza softwares de aprendizaje automático para imitar la manera en la que pensamos y aprendemos.
La compañía minorista de ropa The North Face aprovecha la inteligencia artificial de Watson de IBM para accionar su asistente de compras. Las personas pueden hablar con esta tecnología directamente por teléfono y se empeñará en intentar saber lo que buscan. La IA aprende con el tiempo y mejora su comprensión sobre lo que quieren los clientes, incluso entendiendo sinónimos y sugiriendo opciones altamente personalizadas.
En la manufactura, compañías como GE y Merck han adoptado RPA para automatizar elementos de la parte administrativa. El siguiente paso logístico es llevar RPA a la planta de fabricación. Imagine un futuro no tan distante donde los sensores del Internet de las cosas (IoT) en las máquinas ayuden a interface y llevar a cabo mantenimiento predictivo.
Una de las compañías de comercio electrónico más grandes de China ha adoptado la eficiencia de RPA, con almacenes automatizados que pueden, según informes, procesar hasta 20,000 paquetes en una hora. JD.com utiliza sistemas robóticos de descarga, escáneres de códigos de barras, furgones automatizados y entregas por drones para facilitar su distribución.
Impresión del futuro
Impresión del futuro
En los últimos 20 años, la impresión 3D se ha librado del factor novedad y se ha abierto camino en los canales de producción y los entornos minoristas, como las zapatillas deportivas Adidas AlphaEDGE 4D impresas en 3D. Por otro lado, la plataforma Razor Maker de Gillete permite a los clientes imprimir rasuradoras únicas para ellos. Además, una alianza entre IKEA y UNYQ mediante el uso de impresoras 3D permiten a las personas escanearse para crear un asiento único para ellos con esta tecnología.
Durante la pandemia de Covid-19, HP Inc. y sus socios comenzaron a imprimir piezas 3D de protección facial y dispositivos de manos libres para abrir puertas con el objetivo de ayudar al personal sanitario esencial. La movilización ayuda a ilustrar la versatilidad de las impresoras 3D en los procesos de fabricación diarios.
Ante la necesidad de las empresas minoristas de personalizar cada vez más los productos para los consumidores, las tecnologías de impresión 3D hacen que la inversión en materias primas y la creación de productos en sus mismas tiendas sean posibles. Efectivamente, esto reestructura la cadena de suministros y reduce el desperdicio de inventario mediante la producción por lotes más reducida.
Prácticamente desde la ciencia ficción a la práctica
A principios de la década del 2000, la nanotecnología y la edición genómica eran argumentos imprescindibles en las películas de ciencia ficción. Más recientemente, avances como los nanosensores, diminutos chips basados en IoT, y la tecnología de edición genómica CRISPR prometen llevar este tipo de tecnología de 4RI a una corriente más práctica.
Los nanotubos de carbono ayudan a los fabricantes a crear textiles y productos más resistentes, más hidrófugos y resistentes a las arrugas. La nanotecnología puede ser utilizada para optimizar adhesivos y hacer que los muebles sean anti manchas. Incluso, puede utilizarse para fabricar pelotas de tenis que rebotan durante más tiempo. Mientras tanto, los nanosensores pueden ser útiles para rastrear embalajes a medida que viajan a través de canales de distribución y para identificar el origen de los alimentos.
La tecnología de 4RI como la edición genómica CRISPR todavía está en fases iniciales, aunque los minoristas de víveres están analizando el potencial impacto que podría tener en los productos que venden. Los científicos ya han creado cultivos genéticamente modificados como hongos que se mantienen frescos y uvas resistentes al moho. Estos experimentos son parte de un esfuerzo mayor para prevenir el deterioro, un desafío que podría filtrar la cadena de suministro por completo y cambiar la manera en la que se entregan y venden los alimentos.
Revolución acelerada
En un artículo de opinión para la Economist Intelligence Unit que aborda cómo la Covid-19 ha acelerado la 4RI, Sanjeev Khagram, un experto en liderazgo global y revolución de datos, señala que la emergencia nos volvió más conscientes de los cambios rápidos que sufre nuestro mundo. Confiamos en que las tecnologías del siglo XXI como la inteligencia artificial, el IoT y la impresión 3D “nos mantendrán sanos y transformarán las economías”.
Como resultado del Covid-19, los sistemas que han resistido a los cambios por décadas se están convirtiendo en laboratorios vivientes. Los minoristas experimentan con tecnologías aumentadas y realidad virtual, los robots se trasladan de las plantas de las fábricas a las primeras líneas de respuesta y las impresoras 3D son utilizadas para fabricar mascarillas de manera masiva.
“El contexto sin precedentes está haciendo que simultáneamente confiemos cada vez más en tecnologías innovadoras digitales, biológicas y físicas, al mismo tiempo que seamos cada vez más ingeniosos sobre cómo podemos utilizar estas tecnologías para crear valor de nuevas maneras” escribe Khagram.
Podrían ser las plantas de las empresas minoristas donde existan robots trabajando junto a los empleados.
Los efectos de la automatización y la inteligencia artificial en la fuerza de trabajo y la naturaleza del trabajo en sí misma son innegables. Un informe reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que el 14 % de puestos de trabajo en países incluyendo Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Japón son “altamente automatizables”.
La clave para contrarrestar el impacto en la sociedad consistirá de una combinación de programas del sector privado para “mejorar las competencias” y contribuir con la permanencia de empleados, así como de políticas públicas que apoyen a la fuerza de trabajo y el mercado laboral de la siguiente generación. No obstante, si las predicciones de Klaus Schwab sobre la fusión y la interacción de tecnologías en “el mundo físico, digital y biológico” son certeras, la Industria 5.0 verá una fuerza de trabajo drásticamente transformada.
Podrían ser las plantas de las empresas minoristas donde existan robots trabajando junto a los empleados. O en tiendas sin interacción ni contacto, que utilicen reconocimiento facial de IA y sensores para rastrear las compras. Podríamos vivir en un mundo donde los productos sean impresos en las tiendas o producidos por la activación de voz y distribuidos por vehículos o drones autónomos. Un mundo donde la fabricación, la distribución y los negocios minoristas lucirán y se sientan muy diferentes.
O quizás sea como 4RI, que fluirá tan sutilmente en nuestras vidas diarias que difícilmente nos demos cuenta de ello. Hasta que demos un paso atrás para observar en realidad cuánto ha cambiado nuestro mundo en tan poco tiempo.